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LA CULTURA MILENARIA DEL ALTO MARAÑON
LOS BRACAMOROS Y LA RESISTENCIA ANTICOLONIALISTA

Se demuestra que la historia de los pueblos del Alto Marañón es cada vez más antigua. El surgimiento de los pueblos amazónicos procedentes del tronco jíbaro que vivieron en las cuencas del Alto y Bajo Chinchipe entre los siglos VIII a X d.C, son conocidos con el nombre genérico de Bracamoros, son grandes confederaciones amazónicas en el Alto Marañón, que realizan notable resistencia a los ejércitos imperiales del Tahuantinsuyo, que luego de grandes enfrentamientos detienen el avance bélico de Túpac Inca Yupanqui, más tarde hacen huir despavorido al Inca Huaina Capac y derrotan definitivamente en el Alto Chinchipe a los ejércitos cuzqueños dirigidos por Huanca Auqui; la ferocidad de la resistencia y la capacidad guerrera de los naturales les permitió ganarse el mito de sanguinarios e impasibles asesinos, pintados de rojo, nombre que los impuso Huaina Capac en forma despectiva como “Bracamoros”, Cieza de León (1982)









Lo que hicieron los pueblos amazónicos fue defender su territorio y constituir grandes alianzas, todas familias del tronco jíbaro para resistir la agresión de los incas y de los españoles. A esta fase de la historia regional lo denominamos la “etapa de la resistencia anticolonialista”, los pueblos “Bracamoros”, fueron contemporáneos a los incas, chimús, tallanes, cajamarcas, Chachapoyas, Paltas, culminando su existencia con la conquista de la región por los españoles que fundan las ciudades de Bilbao en el austro ecuatorial y San Leandro de Jaén de los Bracamoros en nuestra región, ciudad capital de la Gobernación de Jaén de los Bracamoros, el 10 de abril de 1549 bajo la conducción del capitán español, Diego Palomino (natural de Jaén de Andalucía). Como es de conocimiento público el año 1563, la Gobernación de Jaén, fue anexada políticamente a la Real Audiencia de Quito y religiosamente continuó perteneciendo al Arzobispado de Trujillo (virreinato peruano); la antigua ciudad de San Leandro fue abandonada y fundan las nueva ciudad de Jaén de Bracamoros en la margen izquierda del río Amojú el 03 de Octubre de 1805, siendo gobernador español don José Ignacio Checa, párroco el cura Alejandro Crespo Casaus y Virrey del Perú don José de Abascal; tal como lo detalla el profesor Javier Urbina en otro acápite, el 04 de Junio de 1821, Jaén por el principio de Libre Determinación de los Pueblos, retorna al Perú y decide consolidar nuestra la frontera norte del Perú como Estado Nación, junto a Tumbes y Maynas.




La Gran Cultura Alto Amazónica



El Dr. Julio C. Tello, luego de minuciosas investigaciones en Perú y países vecinos, se convirtió en símbolo de la identidad nacional con su fundamentada respuesta autoctonista de origen selvático frente a la corriente inmigracionista de Ulhe. Tello en su recorrido por el Alto Marañón y sus afluentes, encontró suficientes evidencias para sustentar la existencia de una Cultura Temprana de origen tropical (Formativo Temprano) madre del desarrollo de la Civilización Peruana, siendo el principal centro Chavín de Huantar, esta teoría fue aceptada por muchos años, luego surgieron diferencias y nuevos planteamientos; la tesis de Tello era el centro de discusión sobre los orígenes de la Cultura Peruana.

A inicios de 1960 una expedición científica peruano-estadounidense dirigida por Pedro Rojas Ponce (alumno de Julio C.Tello), inicia excavaciones en la confluencia de los ríos Chinchipe-Tamborapa, sector Higuerones, distrito Bellavista-Jaén, asentamiento arqueológico llamado Huayurco, área donde encontraron abundantes platos de piedra con estilos originales y de fina textura, poseen rasgos característicos del Formativo Temprano, concluyendo los científicos que Huayurco era una de las primeras fábricas en platos líticos de América.

A partir de 1970 se inicia la organización del Museo Regional en Jaén; durante el proceso de consolidación se fue encontrando nuevo material lítico, cerámico y pedrería de alta calidad: platos con esculturas e incisiones en alto y bajo relieve de impresionante estética y estilo peculiar, conservados celosamente en el Museo Regional “Hermógenes Mejía Solf”, la exposición que motiva la visita continua de personalidades y turistas nacionales y extranjeros.

En 1974, los estudiantes Jhony Martínez Vílchez, Edgar Guevara y Héctor Abarca, encontraron una serie de objetos líticos y cerámicos de rasgos “Chavinoides” obsequiadas gentilmente al Museo que se incrementaba con platos líticos y alfarería de alta calidad; en 1979 en la Revista Facetas Nº. 09, los profesores: Juan de Dios Bustamante, María López de Heredia y el suscrito publicamos un trabajo sustentando la existencia de una Cultura que habría habitado en la región alto amazónica; la Dra. Ruth Shady en Bagua y Utcubamba, luego de obtener valiosos datos para su licenciatura, publica una serie de documentos referidos a la existencia de culturas tempranas desconocidas en la región; la Universidad Nacional Mayor de San Marcos envía una delegación de estudiantes de arqueología dirigidos por el Dr. Jaime Miasta, publican interesantes apuntes de los asentamientos tempranos en la cuenca del Chinchipe y su desarrollo cultural.

Durante los años 1980-1982, son divulgadas las macro esculturas líticas: en la margen derecha del río Chontalí, caserío Agua Azul conocida como Estela de Chontalí, con rasgos chavinoides y la otra en la margen derecha del río Tabaconas, distrito San José del Alto, conocido como Monolito de Pampas del Inca, esculturas que motivarían la presencia del Dr. Federico Kauffmann Doig y un equipo de especialistas; a inicios de 1980 el estudiante de Arqueología Anselmo Lozano, asesorado por el Dr. Alberto Bueno publica un especial en el Boletín de Lima, referido a las pictografías en la Cuenca del Chinchipe; en estos mismos tiempos el estudiante Robin Sánchez Pastor obsequia un cuenco de piedra roja con grabados de serpientes bicéfalas, procedente del sector Huarango.

El Museo sigue desarrollándose y exponiendo novedosas muestras para la Arqueología Regional; en 1990 el arqueólogo Quirino Olivera Núñez, obtiene su Licenciatura con la tesis “Estudios Arqueológicos Preliminares en Tomependa”; demuestra la existencia de novedosa cerámica, lítica y arquitectura monumental con murales de colores del Formativo Temprano similares a los recientes hallazgos de Casual y las Juntas (Bagua).

En el presente siglo, el Museo Regional continúa recibiendo visitas de notables arqueólogos y especialistas del Perú y el Mundo; en Pomahuaca (Ingatambo) realiza excavaciones, el arqueólogo Atsushi Yamamoto, para su tesis doctoral, encuentra arquitectura con 1100 años de antigüedad antes de nuestra era y superposiciones de: culturas local, inca y Chimú.

En Huayurco Ryan Crosby, realiza excavaciones arqueológicas para su tesis doctoral en la Universidad de Yale, asesorado por el Dr. Richard Burger, en sus tareas supervisoras visitó los museos de Jaén y Bagua. A inicios de la década, el Dr. Francisco Valdez, con el apoyo de IDR y el Instituto de Cultura de Ecuador, inicia excavaciones en las nacientes del río Chinchipe, asentamiento arqueológico Santa Ana-La Florida, efectúa 17 fichajes de radio carbono, obteniendo una edad entre 1970 a 4895 a.C., es decir siete mil años de Civilización Amazónica.

A partir del 2010, el equipo arqueológico de Tumbas Reales de Sipán-Lambayeque, dirigido por el arqueólogo Quirino Olivera Núñez, realiza excavaciones en simultáneo en Casual y las Juntas (margen derecha del río Utcubamba, cerca al Pongo de Rentema, (Bagua) y en el cercado de Jaén, asentamientos arqueológicos de Montegrande y San Isidro, registrando una antigüedad de 4500 años; por la notable antigüedad de los descubrimientos y su novedosa arquitectura piramidal en Selva Alta, han sido considerados entre los diez hallazgos arqueológicos más importantes del mundo el año que pasó. En las excavaciones de las Juntas y Casual, el arqueólogo Olivera encontró construcciones de edificios en piedra y barro y otra parte en quincha, revocados con pinturas similares igual a las de Tomependa, también ha ubicado abundantes vasijas funerarias de arcilla, según los fichajes todas estas evidencias pertenecen al Formativo de la región.

El Dr. Valdez teniendo como base las excavaciones de Santa Ana la Florida y las evidencias en lítica y cerámica con las mismas características de las que se conservan en los museos “Los Faicales” de San Ignacio y el Museo Regional “Hermógenes Mejía Solf”, plantea la hipótesis sobre la existencia de una Cultura propia en el Alto Marañón que lo denomina “MAYO CHINCHIPE”, su área de extensión sería el alto y bajo Chinchipe hasta su confluencia en el Marañón junto al Pongo de Rentema.




Los primeros pobladores.



Las evidencias de un Arte Rupestre temprano abundante en la jurisdicción que abarcó la extensa región de Jaén de los Bracamoros, permite plantear la existencia de pueblos primigeniamente nómades que recorrieron estas inmensas áreas geográficas de norte a sur, de este a oeste y viceversa en su actividad cotidiana de caza, pesca y recolección, para cubrirse de la intemperie utilizaron abrigos naturales en los desfilares y pequeñas cuevas que abundan hasta la fecha en las riberas de los grandes ríos y quebradas de la región.

Las exuberancia de las tierras, la vegetación abundante con frutos comestibles, fauna terrestre, acuática paradisiaca y los inmensos valles del Alto Marañón, motivaron a los pobladores trashumantes gradualmente develen la riqueza ubérrima de estas tierras y el nivel cultural que iban adquiriendo en contacto con otros pueblos en su continua interrelación costa - sierra - selva, generó en ellos elevar su nivel de conocimientos e inicien la domesticación de ciertos animales silvestres, ir conociendo la agricultura y dominando la piedra con alta técnica generando el sedentarismo.

En pocos lugares de América, el Arte Rupestre es tan abundante y polifacético como en esta región hasta el Pongo de Rentema donde confluyen importantes ríos del Alto Marañón: Chinchipe, Utcubamba y el mismo gran Marañón que después de recorrer grandes extensiones del septentrional territorio peruano, estos ríos se abrazan férreamente y cortan la Cordillera Central de los Andes del Norte doce kilómetros en el mencionado Pongo (puerta).

Los más notables asentamientos de Arte Rupestre son: pictografías de Faical, en sus farallones conserva 1614 pictografías de diversas épocas que ha ido superponiendo una cultura sobre otra, lugar de fácil acceso en la margen derecha del río Chinchipe, cerca de la ciudad San Ignacio, a poca distancia del asentamiento se encuentran las pictografías Los Llanos, farallones que tienen el mismo estilo y características de los asentamientos de Faical, en sus escenas representan la cosmovisión de la época, fauna, flora, guerras, sembríos, caminos, ritos, escenas de caza. El arqueólogo colombiano Enrique Bautista, sostiene que Faical es uno de los más grandes murales rupestres de América Latina; la buena intención de la Municipalidad Provincial de San Ignacio, tiempos atrás, sin estudios de impacto ambiental, adecúo una vía de acceso a las pinturas, generando la destrucción de las áreas de protección natural, hoy son expuestas inmisericordemente a los rayos ultravioletas del Sol y al intemperismo; actualmente la mayoría de pictografías se encuentren en proceso de descolorización y calcificación de las paredes, a criterio del arqueólogo Francisco Valdez, se deben realizar urgentes campañas pro conservación y salvamento de dichos murales que se encuentran en serio peligro de extinción. En la margen izquierda del río Chinchipe, sectores: Gramalotes, Potrero Grande, Yararagüe, Quanda (Taramuyke), desfiladeros en acelerado proceso de descoloración y extinción; avanzando a la provincia Jaén en los valles del Chinchipe y Chamaya, existen abundantes petroglifos similares a los de florestas amazónicas en Ecuador y Colombia, se ubican en los pueblos de San Juan, los Alpes, Huallape, el Molino, el Huito, los Olivos, Santa María, Fila Alta, Guayacán, Rumipampa, Corralpampa, Bomboca, Peña Blanca, Ninabamba, Piquijaca y vencida la cordillera occidental de los Andes (Abra de Porculla), reaparecen en los valles de Olmos y Motupe.

Otra área de pictografías y grabados en la confluencia de los ríos Silaco-Marañón con grandes asentamientos en ambas márgenes: Buenos Aires, Calpón, Limones, Carachupa, San Isidro, Portachuelo, Quaqo (Lonya Grande), el Palto, Carachupa, Yamón (Yamón) (margen derecha), Chadín, Choropampa, Minchulay, Pongoya (Chimbán); los complejos pictográficos de Pión, Quilqat (Cujillo), Visa y Tayales (Santo Tomás) (margen izquierda), las impresionantes pictografías y grabados de Tambolid y Piedra Shapinga en Jamalca, margen izquierda del río Utcubamba, demuestran que cada complejo de Arte Rupestre en el Alto Marañón es un mundo que necesita urgente registro y estudio arqueológico para el análisis científico que develarán grandes misterios sobre los orígenes de nuestra cultura.

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